En estas fechas de verano muchas personas se toman un tiempo de vacaciones. Cuando pensamos en ellas se nos pueden venir a la cabeza palabras como descanso, desconexión, diversión, reencuentro, viaje…
Todas tienen en común la idea de hacer algo diferente a nuestra rutina, aprovechar un tiempo para nosotros/as y quizá la más importante y que a menudo pasa desapercibida: poder elegir qué hacer con nuestras horas de una manera más flexible. Porque aunque hay muchas opciones mayoritarias para pasar esos días del año, cada persona en función de su situación y sus vivencias, puede desear cosas distintas.
Te proponemos que antes de planificar estos días de descanso dejándoos llevar por modas o costumbres te pares a hacerte unas preguntas:
- ¿Qué cosas has echado en falta durante los últimos meses, y ahora podrías tener? Puede ser la posibilidad de conocer un lugar, de pasar tiempo con la familia o los amigos, o tal vez de leer esos libros que tenía pendientes. He echado de menos tener más tiempo para dormir, aprender a cocinar, o dedicar tiempo a pasear y pensar en mis cosas.
- ¿Qué necesitas haberte dado cuando regreses de las vacaciones? Tiempo a solas, tiempo compartido con otras personas, descanso, diversión, experiencias nuevas, un ritmo más pausado…
- ¿Cuánto tiempo hace falta para poder darte esto que necesitas? A la hora de planificar cómo queremos pasar nuestras vacaciones, es importante que valoremos cuánto tiempo nos va a llevar sentirnos satisfechos, para ajustar nuestras expectativas con la realidad. A veces esperamos que las vacaciones nos aporten algo para lo que necesitaríamos mucho más tiempo del que tenemos, y esto nos genera mucha frustración a la vuelta.
Esperamos que estas cuestiones te ayuden a plantearte qué quieres de tus días de vacaciones, para que las disfrutes y vuelvas a la rutina con buenas sensaciones.