El bloqueo personal consiste en la sensación y sentimiento de un freno involuntario a la hora de llevar a cabo nuestra propia vida. La incapacidad para superar una “etapa vital” o de tomar decisiones que nos hagan salir de una situación repetitiva o vacía que sintamos que va contra nuestro desarrollo natural.
Esta sensación va acompañada de otros síntomas, como ansiedad, angustia, estados depresivos, anhedonia, falta de motivación, etc. que agravan la sensación de bloqueo provocando un malestar generalizado con el que llega la persona a consulta.
¿Cómo entendemos el bloqueo?
Este tipo de bloqueo en la vida de la persona, igual que en cualquier otro proceso, se produce cuando hay algo que frena el avance. Eso que frena no tiene porque ser algo consciente y manejable por la persona, sino que puede y suele deberse a conflictos inconscientes que no se pueden abordar de frente.
La persona lucha e intenta encontrar una solución pero se ve incapacitada al no localizar las trabas psicológicas internas o externas que entorpecen el avance.
Uno llega a sentir bloqueo en su vida cuando se juntan varios factores limitantes: Miedos, expectativas elevadas, discursos incapacitantes sobre uno mismo, presiones externas que no se logran frenar, autoestima dañada, falta de recursos para afrontar conflictos, clima deprimente, vínculos limitantes, etc.
Sin darnos cuenta se crea una pared de cristal que no paraliza, en ocasiones, un velo que ni siquiera nos permite ver lo mejor para nosotros.
Muchos de los saltos o pasos vitales van a depender de nuestra autoestima, de la mirada que tengamos de nuestras posibilidades, pero también de lo que inconscientemente tenemos interiorizado que debemos o no hacer, de los límites que tenemos grabados, de lo que nos merecemos o no, de cómo deben ser las cosas...
¿Cómo trabajamos el bloqueo?
Para atajar el bloqueo hay que dejar que la persona se exprese libremente. Que hable de su momento, de sus expectativas y miedos, de su circunstancia personal, sus relaciones…; de todo lo que necesite hablar y desahogarse.
Poco a poco veremos qué problemáticas son las que más le están incomodando e iremos comprendiéndolas de cara a entender su magnitud y profundidad. Al hacerlo iremos reconstruyendo el mapa que nos permita tener una visión general del momento actual del paciente, tanto interno como externo, entendiendo así el significado de su bloqueo.
A la par que entendemos por qué está bloqueado o bloqueada, aprenderemos herramientas para hacer frente a conflictos, poner límites e ir fortaleciendo las capacidades que cada uno tenga de cara a poder decidir sobre su vida.
Cuando se pierde la necesidad de agradar, el miedo a fallar, cuando se revisa los discursos de lo que uno es y de sus posibilidades, cuando se libera de la mirada limitante de otros, o es capaz de cuidarse y legitimarse, irán cayendo las paredes y los velos posibilitándole tomar su camino.