Con la llegada de la primavera los días se vuelven más largos y luminosos, la naturaleza florece, los colores cambian y las calles se llenan de gente que disfruta del buen tiempo y la compañía. De ahí que la primavera sea una estación que asociamos con la alegría, la vitalidad y el disfrute, al hacernos despertar después del letargo del invierno. Así lo hace la naturaleza, y así lo hacemos nosotros/as con ella.
Sin embargo, para algunas personas puede volverse una época extraña, donde aparecen diferentes sensaciones como falta de energía, irritabilidad o alteraciones del sueño. Esto es natural porque nuestro cuerpo sufre un periodo de adaptación al cambio de estación. Podemos sentir que nos cuesta más levantarnos por la mañana, entregarnos a la rutina diaria o realizar las actividades habituales. Se trata de algo común y, normalmente, pasajero.
Las condiciones climáticas ejercen influencia en nuestro estado de ánimo. Las personas estamos en constante interacción con el entorno que nos rodea —¡somos parte de él!— y los cambios estacionales traen consigo cambios en nuestro ritmo de vida, hábitos y formas de relacionarnos con los demás. Por otro lado, las experiencias personales y la historia individual y familiar de cada cual tienen un impacto sobre cómo vivimos cada época del año y los recuerdos y emociones con los que las asociamos.
La primavera puede despertar diferentes emociones, como lo hacen todos los cambios que experimentamos. Lo importante es poder conectar con cómo nos sentimos, poder escuchar a nuestro cuerpo y acompañarnos en esta adaptación con curiosidad y comprensión. Conectar con la naturaleza, realizar actividades que nos gustan o pasar tiempo con personas que nos hacen sentir bien puede ayudarnos a descubrir lo que necesitamos.
Nuestro cerebro y nuestro cuerpo están preparados para adaptarse a los diferentes cambios que experimentamos a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, si sientes que esto está suponiendo un esfuerzo más grande de lo habitual, te animamos a que consultes con un profesional que pueda escucharte y acompañarte.
Observarnos, conocernos y aprender a escucharnos será siempre una herramienta útil para afrontar las diferentes situaciones que se irán dando a lo largo de nuestra vida.