Todos tenemos heridas emocionales, derivadas de las experiencias que vivimos a lo largo de nuestra historia, las posiciones que ocupamos en nuestros vínculos o las vivencias que nos son difíciles de integrar. En principio, nuestro cerebro está preparado para hacer frente a este tipo de experiencias, integrarlas en nuestra identidad y colocarlas de una forma coherente que nos permita convivir con el dolor. Aunque estas heridas estén ahí, normalmente se mantienen en un segundo plano sin molestarnos, como si estuvieran dormidas.
Algunas situaciones pequeñas y cotidianas pueden despertarlas y hacer que pasen un primer plano donde nos desbordan, por ejemplo: cuando suspendemos un examen y conectamos con la emoción –conocida– de sentirnos incapaces; cuando una amiga se enfada con nosotros/as y esto deriva en un sentimiento de culpa muy intenso y no justificado; cuando alguien no comprende lo que le estamos transmitiendo y conectamos con una profunda sensación de incomprensión, etc.
Cada persona tiene sus propias heridas o puntos más sensibles, hay heridas más profundas que otras, así como diferentes formas de reaccionar ante ellas. Cuando nos desbordamos emocionalmente, dejamos de observar lo que tenemos delante porque estamos mirando a través de ojos del pasado, e interpretamos todo desde esa perspectiva. Así, puede ser que la respuesta que damos no se ajuste a lo que está sucediendo en el momento presente, perdiendo la libertad para elegir qué queremos hacer o cómo queremos responder desde una mirada adulta.
Conocer bien nuestras heridas, identificar cómo se activan, y entender de dónde viene el dolor nos permite elegir una manera de actuar más ajustada a lo que necesitamos y está pasando en el presente, y sobre todo, más libre.
Esto es parte de lo que se trabaja en un espacio de terapia, pudiendo integrar las experiencias que hemos vivido, darle un sentido al presente y a nuestra forma de sentir y reaccionar, y explorando nuevas formas de comprender lo que nos duele. Si tienes ganas de comenzar un proceso de autoconocimiento, desde INTRO te animamos a ello.