La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que se caracteriza por una restricción de la ingesta alimenticia. Muchos de los síntomas que aparecen en la anorexia tienen una base cultural, y se relacionan con ideas aceptadas y valoradas a nivel social como la delgadez, el autocuidado y la percepción del esfuerzo personal. Esto puede suponer una dificultad para detectarlos en un primer momento. Aún así, cada persona desarrolla los síntomas desde distintas experiencias y vivencias personales, por ello es importante abordarlos y comprenderlos analizando cada caso de manera individual.
En los TCA, los síntomas relacionados con la alimentación esconden conflictos psíquicos más profundos y, como ocurre con otros problemas psicológicos, suponen una solución temporal –a nivel inconsciente– que regula estos conflictos. Podemos entender el síntoma como un mensajero del malestar, que tiene un simbolismo concreto e individual en cada persona, y que puede aportar mucha información sobre la idea que esta tiene de sí misma y lo que le hace sufrir. Si el TCA sólo se aborda a nivel conductual, volverá a aparecer: será como tomar medicamentos para bajar la fiebre sin tratar la causa que la está provocando.
En una psicoterapia psicoanalítica relacional se pueden desarrollar herramientas y estrategias para hacer frente a los momentos en los que aparece el síntoma, pero paralelamente se trabaja el conflicto que está generándolo. Para ello, se pone el foco de trabajo en la historia de la persona: sus ideas, vivencias y relaciones importantes a través de las que ha ido construyendo su identidad y ha aprendido a regular sus emociones.
Desde la teoría psicoanalítica, se da importancia al vínculo materno en el abordaje de la anorexia. En el vínculo con la madre –o quien haya ocupado el lugar materno– el niño/a necesita sentir una falta de algo, que lo lleve a buscar fuera de esta relación y conectar con sus deseos y necesidades. Este proceso es necesario para el desarrollo y la individuación. Los síntomas en la anorexia pueden entenderse como una dificultad de individuación y una necesidad de desconectarse de la madre a través del alimento que ésta proporciona. Trabajar en el vínculo materno es clave para reparar el proceso de individuación, y dar lugar al deseo y el disfrute.
Aún así, como decíamos, cada caso tiene sus características y vivencias únicas. Comprender de forma profunda qué conflicto está expresando la anorexia para cada persona permite darle un sentido a lo que sucede, atender a la necesidad que está cubriendo el síntoma y comenzar a desarrollar nuevas herramientas que resulten más satisfactorias.
En las sesiones de psicoterapia se van abordando las dificultades conscientes o inconscientes que llevan a la persona a relacionarse con la comida de la forma en que lo hace, acompañado/a de un profesional y en un espacio seguro.
Esto es parte de lo que se trabaja en un espacio de terapia, pudiendo integrar las experiencias que hemos vivido, darle un sentido al presente y a nuestra forma de sentir y reaccionar, y explorando nuevas formas de comprender lo que nos duele. Si tienes ganas de comenzar un proceso de autoconocimiento, desde INTRO te animamos a ello.