Muchas personas consultan con nosotros porque sienten que les falta motivación para desarrollar aquello que se proponen. La motivación es esa fuerza que nos orienta hacia un objetivo o meta importante para nosotros. En muchas ocasiones, esa falta de motivación tiene que ver con que aquella meta hacia la que nos debería guiar no está clara, nos genera sentimientos ambivalentes, emociones desagradables, o no nos sentimos identificados con ella.
Los objetivos que cada uno de nosotros nos marcamos en nuestra vida se relacionan con los valores que hemos interiorizado, las experiencias que hemos vivido, las ideas sobre quiénes somos y qué se espera de nosotros, nuestros deseos y necesidades… Para lograr una buena motivación es importante que nuestros objetivos estén conectados con nuestros deseos y necesidades; de no ser así, probablemente la motivación por lograrlos descienda.
A veces puede haber un choque entre aquellas metas a las que nos gustaría llegar por nosotros mismos, conectadas con aquello que nos hace sentir bien, y las metas que nos planteamos de cara a dar la imagen que pensamos que esperan aquellas personas importantes en nuestra vida, bajo el deseo de que nos acepten y valoren. En este sentido, a la hora de definir cuáles son nuestras metas, objetivos y proyectos, es muy interesante conocernos bien a nosotros mismos, saber si hay alguna expectativa que se haya colocado sobre nosotros y qué queremos hacer con ella, satisfacerla o desprendernos de ella.
Muchas veces la falta de motivación, la pereza a la hora de abordar algo o la tendencia a procrastinar tienen que ver con estas metas que un día nos marcamos pensando en satisfacer a alguien y lograr una mirada positiva a través de esa personas, pero que no se relacionan con aquellos deseos que sentimos como propios de manera más genuina.
En una psicoterapia podemos hacer un recorrido de autodescubrimiento que nos libere de los automatismos que muchas veces nos guían y nos ayude a establecer nuestras propias metas con mayor libertad.