En la consulta muchos padres cuando llega éste momento nos preguntan: ¿Y ahora cómo lo hago? ¿Qué hacemos con tanto tiempo libre?
Lo que muchas familias ven como una preocupación, nosotros invitamos a verlo como una oportunidad, consultarnos será todo un acierto.
Consideramos este periodo como una buena oportunidad para fomentar, de forma divertida y amena, aquellos hábitos saludables que el resto del año parece no haber tiempo para realizar.
En primer lugar, recordamos siempre que aunque en verano los horarios no son tan rígidos es fundamental tener presentes rutinas que estructuren su día:
Y si tienen deberes ¿Cuánto tiempo les debemos dejar?
Es importante recordar que este tiempo es para descansar, tanto para nosotros como para los más pequeños, así que si tienen tareas pueden dedicarle un tiempo acotado (que no excedan los 40 minutos, por ejemplo) y luego seguir disfrutando. Es recomendable acompañarles y estar pendientes en su aprendizaje, pero sin presiones.
Adaptado a la edad que tenga el niño, estos días pueden ser también una buena oportunidad para que aprendan a colaborar responsabilizándose de pequeñas tareas:
Ya que con estas tareas, no sólo estaremos fomentando la integración de hábitos de una forma tranquila y amena que deseamos puedan desarrollar el resto del año, sino también el trabajo en equipo.
Pero lo que más nos gusta recordar a los padres es que este tiempo es una buena ocasión para mejorar nuestra comunicación con nuestros hijos, conocerles mejor, disfrutar y reforzar los vínculos afectivos entre todos los miembros de la familia. Aconsejamos que aprovechéis los ratos libres para una de nuestras recomendaciones estrella: el juego.
Jugar con nuestros pequeños es dedicarle un momento en exclusiva (sin presión de tareas académicas, tiempos cerrados o distracción de móviles, consolas ni tele), haciéndoles sentir importantes y atendidos. Disfrutar jugando con ellos supone estar presente y disponible, dos cosas que con los ritmos que llevamos el resto del año a veces se complican. Es bueno recordar que puede que no siempre quieran que participemos en su juego, sino que simplemente necesiten que estemos ahí.
Compartir sus juegos favorece que nos pongamos en su lugar, entendiendo el mundo desde su mirada infantil y creando espacios seguros en los que puedan comunicar sus emociones de manera libre. Ya que al igual que las personas adultas nos comunicamos con palabras, nuestros niños se comunican mediante el juego.
Daniel Siegel, médico, psiquiatra y autor del libro “El cerebro del niño” afirma que “Cada vez que ofrecemos a nuestros hijos una experiencia divertida y placentera mientras están con la familia, les damos un refuerzo positivo sobre lo que significa participar en una relación afectuosa con los demás.”
Pequeñas recomendaciones que realizamos desde Intropsicólogos Madrid, es que puedan hacer el mayor número de actividades al aire libre, estimulando tanto el ejercicio físico como la creatividad. Es necesario delimitar los tiempos de televisión y pantallas y no estructurar todo su tiempo. Pues desde el aburrimiento podemos fomentar la búsqueda de nuevos estímulos favoreciendo así su imaginación, capacidad de autorregulación y confianza.
Por tanto, estas vacaciones, aprovecha la oportunidad que te da el tiempo libre para fortalecer no solo hábitos saludables, sino para ofrecerles una experiencia de conexión y seguridad en familia que les impulse a crecer emocionalmente y proporcione recursos para desenvolverse y relacionarse con los demás en un futuro.