Causas habituales del mal humor

Todas las personas hemos vivido alguno de esos días en los que todo nos sienta mal, estamos más pesimistas, las dificultades cotidianas nos molestan, nos bloqueamos y aburrimos a nosotros mismos… Cuando esta manera de estar se mantiene en el tiempo y día tras día vamos viendo que nos sentimos de mal humor, es momento de pararnos a ver qué nos sucede; ya que el estado de ánimo irritable puede ser un aviso de algún conflicto o problema psicológico que estamos viviendo y debemos atender. Veamos cuales son las causas más habituales del mal humor o irritabilidad.

Estrés

Aunque puede ser una palabra muy manida porque todos la usamos indiscriminadamente, no dejar de ser menos real. A menudo nos podemos sentir irritables cuando estamos atravesando una etapa de estrés en determinado momento de la vida. El mal humor es una respuesta emocional natural ante una situación que nos desborda, sobrepasando nuestro umbral de tolerancia a las demandas externas. De alguna forma, esa irritabilidad nos avisa a nosotros y a nuestro entorno relacional de que no podemos sostener mucho más tiempo el nivel de carga que llevamos. Las presiones (externas y también internas) nos están llevando a un límite emocional. Por este motivo, es importante que aprendamos a escuchar y atender las primeras señales de malestar, para poder manejar las situaciones concretas de la mejor forma posible: ya sea descansando, dedicando tiempo a hacer actividades placenteras o pidiendo ayuda. En muchas ocasiones no somos conscientes de esos conflictos que nos provocan estrés, o sí lo somos pero no tenemos capacidad ni recursos para hacerle frente. Tanto para uno como para otro es importante sentarse a pensar qué está ocurriendo y de qué forma podemos atajarlo. De este modo, evitamos agotar nuestros recursos personales y entrar en un estado de estrés mantenido en el tiempo que pueda derivar en otro tipo de problemáticas, como la depresión o la ansiedad generalizada, entre otras.

Conflicto, frustración y bloqueo.

Otras veces, la situación externa no es lo suficientemente justificable de nuestro estado emocional. Es en ese momento donde debemos pensar qué hay dentro de nosotros que ocasione este mal humor. Todo conflicto interno termina representándose en nuestro humor. Si estamos en una etapa en la que dudamos, tenemos miedo, nos sentimos culpables, hemos sido rechazados, estamos siendo evaluados, demandados o exigidos, etc., quiere decir esto, una etapa donde estemos fuera de nuestra zona de confort y seguridad, esto puede derivar en un mal humor que sea «la fuga de la hoya a presión interna». En este caso debemos detenernos a pensar qué es el causante profundo que está generándonos ese sufrimiento.

Circunstancias externas

En INTRO somos muy conscientes de que el resultado psicológico depende de la suma de una circunstancia interna que experimenta una circunstancia externa. Son muchas las ocasiones que reaccionamos con rabia a una situación desbordante, injusta o en la que no tenemos control sobre ella. La rabia y el mal humor es una reacción natural a esta disposición circunstancial. Debemos evaluar la circunstancia y ver dónde es más acertado colocarnos para poder tomar una posición de mayor cuidado para nosotros mismos, dentro de lo que sea posible. El mal humor en estas ocasiones es una señal de alarma que nos lleva a plantearnos dónde estamos y qué está ocurriendo.

Problemas para dormir

Otra de las dificultades que nos puede llevar a desarrollar un estado de animo irritable es la falta de sueño de calidad. Dormir es una de las actividades fundamentales para nuestra supervivencia y bienestar, ya que durante el sueño, nuestro cuerpo se recupera de la actividad diaria y lleva a cabo los procesos de reparación necesarios para sentirnos bien. Cuando no dormimos o no tenemos un descanso de calidad, podemos presentar diferentes síntomas como ansiedad, dificultades de concentración, inestabilidad emocional y síntomas de depresión.

Procesos de duelo

Una de las emociones que sentimos cuando estamos atravesando el duelo por la pérdida de algo o alguien importante, es la rabia o enfado, que nos hace estar de peor humor. Estas emociones son transitorias y necesarias en muchos casos para elaborar la pérdida que hemos vivido, ya sea por el fallecimiento de alguien cercano, una ruptura sentimental, el final de un empleo, etc. Están asociadas al sentimiento de rechazo de aquello que estamos viviendo y no nos gusta, a pesar de que a nivel racional comprendamos la situación, lo que nos lleva a tener una respuesta emocional en consonancia con ese malestar que sentimos.

Sensaciones físicas de dolor

No solo nos podemos sentir malhumorados cuando tenemos un dolor emocional, ocurre algo similar cuando sentimos dolor físico. Las personas que conviven con dolor, a menudo lo expresan a través de cambios en su estado de ánimo. Poder hablar sobre lo que sentimos puede ser de gran alivio para manejar este estado de ánimo irritable.

Estos son algunos ejemplos de situaciones habituales en las que aparece el mal humor como síntoma de algo que está ocurriendo a un nivel más profundo. No podemos comprender este estado de ánimo sin tener presente a la persona que lo siente y su historia, ya que en circunstancias similares, cada persona reaccionamos de acuerdo a nuestra subjetividad. Es por eso que cada persona desarrolla una problemática diferente. Unos se deprimen, otros actúan sin pensar, otros experimentan ataques de ansiedad, problas en las relaciones sociales…

Por este motivo, más allá de juicios propios o ajenos hacia lo que sentimos (que no van a aliviar ni el mal humor ni su origen), es más constructivo tomar conciencia de lo que está ocurriendo en nuestro mundo interno en relación a la circunstancia y nuestra historia. Solo así podremos tomar control de lo que nos ocurre y poder comenzar a construir un estado psicológico diferente.