Hoy 25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia de género, queremos detenernos a identificar las diferencias entre el control y el amor. El control a la pareja es uno de los indicadores principales de la violencia de género, sobre todo en las parejas más jóvenes que aprovechan la posibilidad de comunicación continua que dan las redes sociales y aplicaciones de comunicación. Es importante saber diferenciarlo para evitar que la violencia de género se termine instaurando en la relación con las consecuencias nefastas que esto tiene en la mujer a nivel psicológico, físico, sexual, social y económico.
Las relaciones de pareja están repletas de gestos cotidianos de afecto, mensajes, llamadas, palabras de interés o preocupación… Son muy habituales preguntas como: “¿Qué tal el día, qué has hecho?”, “¿Qué planes tienes hoy?”, “¿Con quién has quedado?”. Parecen (y pueden ser) preguntas inofensivas, entonces ¿cuándo podemos hablar de que estamos ante un problema de control?, ¿cómo diferenciarlo del interés respetuoso?
Existen muchos indicadores sutiles que nos avisan de que estamos sufriendo el control por parte de nuestra pareja, que ya hemos visto que es uno de los inicios de la violencia de género:
– La primera pista que podemos seguir es pararnos a ver cómo nos sentimos cuando respondemos a esas preguntas o nos comunicamos con nuestra pareja. Si sientes ansiedad, te sientes presionada a dar explicaciones, independientemente de tu deseo de hacerlo o no, probablemente esté tratando de ejercer control sobre ti.
– Además, sentirás que no puedes ser espontánea. Después de varias situaciones de conflicto habrás aprendido que hay determinados temas, personas, sentimientos,etc. que aunque te gustaría, es mejor no mencionar. Una vez más, esto es una señal de que tu pareja no solo necesita saber sobre tí, sino corroborar que haces o “eres” lo que él espera.
– En otras ocasiones, tras contar algo que te parecía sin importancia, tu pareja te sorprende con una lectura incriminatoria, con preguntas del tipo “¿y por qué has tardado tanto en contármelo?, “Si te importara algo me lo habrías contado en el momento”,”Si estuvieras más atenta a lo que siento sabrías que esto me enfada”… llevándote a una sensación de encerrona y de haber hecho algo mal, por lo que puedes incluso llegar a pedir perdón.
A veces, los gestos de control pueden resultar muy confusos, ya que al principio nos pueden llegar a parecer agradables, suelen ir enmascaradas como amor o preocupación sana por el otro. A todas las personas nos gusta saber que hay alguien mirándonos, prestando atención a lo que necesitamos y queremos. Por este motivo, las dinámicas de control se van gestando sin que nos demos cuenta de lo dañinas que pueden llegar a ser, en especial cuando hemos aprendido a lo largo de nuestra biografía a que no se respeten nuestros límites personales.
Algunas personas crecen en entornos relacionales donde el control está muy presente, con padres y madres que supervisan todos sus pasos, más allá de la necesidad propia de la edad. Conforme vamos cumpliendo años y madurando, necesitamos ganar autonomía e intimidad para desarrollarnos como personas adultas. Si este respeto por la intimidad no se da, con el tiempo acabamos interiorizando una forma de relacionarnos con los demás en la que nos pasan desapercibidas las señales de control, que interpretamos como aquello que ocurría con las personas que me querían, confundiendo amor con control. Este aprendizaje inconsciente nos puede dificultar poner límites cuando estamos siendo invadidos, a pesar de que ese control tenga consecuencias negativas sobre nosotros.
En otros casos sucede lo contrario, venimos de familias en las que nos hemos sentido desatendidos o poco reconocidos. En ese caso, encontrar una pareja que se muestra pendiente de nosotros en todo momento, que quiere saber dónde estamos, qué hacemos, con quién hablamos, etc, nos hará creer que estamos siendo por fin queridos y valorados y haremos concesiones para devolver todo ese “amor”. Intentaremos ser complacientes para que no nos abandone, y evitar volver así al sentimiento infantil de desamparo.
Si estás dudando si tu pareja ejerce control sobre ti, párate a analizar:
Esperamos que estas preguntas te ayuden a analizar si estás sufriendo control en tu pareja. Poder identificarlo es el primer paso para poner medidas que te ayuden a sentirte bien contigo misma y en tus relaciones. Tener claro estos conceptos ayuda a protegernos frente a la Violencia de género.