La culpa es un sentimiento común y conocido, que, como comentábamos en anteriores posts, está muy condicionado por la sociedad y la cultura en la que vivimos inmersos/as.
En ocasiones, podemos sentirla con gran intensidad y puede causarnos mucho sufrimiento. Sin embargo, además de la culpa que conocemos y sentimos a un nivel accesible, puede también manifestarse en nosotros/as de manera inconsciente, por ejemplo, a través de nuestras acciones.
Comentaremos aquí algunas formas en las que puede aparecer:
En la base de la culpa inconsciente suele haber ideas aprendidas sobre cómo debemos ser y actuar para que los demás nos acepten y nos quieran. Por ejemplo: “para que mis padres estén contentos conmigo tengo que tomar decisiones que ellos aprueben”, “soy malo si digo que no, o si siento rechazo hacia alguien”, etc.
Pararnos a pensar en las formas en las que actuamos y pensamos, nos permitirá revisarlas y cuestionarlas, pudiendo entender de dónde provienen estos aprendizajes y reemplazarlos por otros nuevos, más propios y elegidos.
Desde INTRO, te animamos a pensar en ello acompañado/a de un profesional.