¡Hola! Llevo ya un tiempo planteándome comenzar un proceso de terapia, ya que hay una serie de cosas en mi vida que me generan malestar y me gustaría trabajar. Aún así, no sé si tiene mucho sentido comenzar las sesiones durante el verano, estando las vacaciones de por medio y teniendo un estilo de vida más desordenado, siento que no voy a poder hacer tan buen trabajo. ¿Hay algún criterio para decidir esto?
Hola, gracias por ponerte en contacto con el equipo de INTRO.
Efectivamente, durante el verano nuestro estilo de vida cambia, podemos desconectar de la rutina diaria y las obligaciones, irnos de vacaciones y pasar más tiempo con amigos y familiares. Esto puede influir en el proceso terapéutico, ya que puede ser un momento en el que nos sintamos con menos ganas de pararnos a pensar, reflexionar o conectar con nuestras emociones. Por ello, el verano parece una época en la que no es tan común comenzar un proceso de terapia.
Sin embargo, también tiene ventajas hacerlo: no tenemos una rutina que nos obliga, podemos organizar nuestros planes de una forma más libre y encontrar un espacio para acudir a las sesiones de una manera tranquila y relajada, dedicándonos el tiempo que verdaderamente necesitamos.
Por ello, si sientes que es un momento en el que te apetece comenzar, te animamos a ello. Las puertas de nuestro despacho siguen abiertas durante estos meses.
Un abrazo,