Hola! Como tod@s solemos hacer con el fin del año y comienzo del siguiente, tengo una lista mental de cosas que me gustaría cambiar en mi vida o cosas nuevas que me ilusionaría comenzar a hacer. Me he dado cuenta de que cada año que pasa me decepciono más conmigo misma, porque nunca cumplo nada de lo que me he propuesto, y esto me resulta cada vez más frustrante, como si no consiguiera avanzar. ¿Cómo puedo hacer para desbloquearme y conseguir estos propósitos de año nuevo?
Hola, gracias por ponerte en contacto con el equipo de INTRO.
Como comentas, tener una lista de propósitos a cumplir con la llegada del nuevo año es algo que está muy instaurado en nuestra cultura. Sin embargo, queríamos pensar contigo si esta lista de propósitos son cosas que verdaderamente deseas y están en consonancia con quien tú eres.
Todos/as tenemos una parte de nosotros/as mismos/as que controla, ordena y juzga nuestros pensamientos, deseos y acciones. Está condicionada por la cultura en la que vivimos inmersos/as, la familia en la que crecemos y los mensajes que vamos recibiendo a lo largo de nuestra vida y que nos indican cómo deberíamos ser (o cómo a nuestro alrededor le gustaría que fuéramos). Todo esto nos hace construir un ideal interno de nosotros/as mismos/as, que se manifiesta con esos “debería” que a todos/as nos asaltan en mayor o menor medida, por ejemplo: este año debería comenzar a hacer ejercicio todos los días y comer sano.
Sin embargo, a veces ese ideal interno que perseguimos está lejos de lo que verdaderamente somos o necesitamos, por lo que nos ponemos propósitos que después vivimos como una obligación o algo autoimpuesto, que enseguida abandonamos. Si perseguimos ese ideal con un nivel de exigencia alto, entraremos en una rueda que puede generarnos mucha frustración, como nos comentas. Por ello, quizás podemos plantearnos hasta qué punto esta lista está en consonancia con quién tú eres, con lo que verdaderamente deseas o necesitas.
Ajustar las expectativas que tenemos sobre nosotros/as mismos/as y la vida que construimos, preguntarnos por qué y para qué queremos lograr esos objetivos o cómo podemos adaptarlos a algo más acorde a lo que somos capaces de hacer y necesitamos, es decir, acercarnos más a nuestro “yo real” puede ayudarnos a salir de este bucle de autoexigencia. Por ejemplo: me apetece aprender a llevar una vida más saludable y descubrir un deporte que me gusta, lo que quizás no quiere decir comenzar a ir al gimnasio todos los días ni dejar de comer chocolate que tanto me gusta.
Te animamos a que le des un espacio a todo esto. Buscar un profesional que te acompañe en ello también puede ser de gran ayuda.
Un abrazo,