Estudiar es una actividad que implica un gran esfuerzo cognitivo, por lo que hay diversos factores que puede interferir en la concentración que necesitamos para poder aprender algo nuevo. Hoy queremos hablar sobre cómo afrontar el estudio y los exámenes, veamos algunos problemas habituales que pueden surgir:
Una de las quejas habituales de las personas que estudian es que tienen dificultades para comenzar la actividad, es decir, para focalizar su atención en esta tarea. En este caso, hay una serie de pautas generales que nos pueden servir para no posponer el momento de estudio. Puede ser de ayuda tener un espacio específico donde estudiar, limpio, despejado y con las cosas que vayamos a necesitar accesibles, como bolígrafos de distintos colores, subrayadores, libros y papel para escribir. También es importante establecer un plan de estudio con un horario definido. Una vez tengamos el espacio y el horario planificado, nos será más sencillo ponernos a estudiar e incluso llegaremos a convertirlo en una rutina.
Cuando nos sigue costando, sería interesante analizar si hay algo de nosotros mismos que nos está dificultando la tarea. Hay personas que tienen un temor, a veces inconsciente, a no lograr aprobar o no poder concentrarse aunque lo intenten. Este temor puede estar sostenido por una idea de sí mismas dañada, que las lleva a pensar que irremediablemente van a fallar. Otro motivo que puede estar debajo de este problema es una falta de motivación por los estudios elegidos. A veces, tomamos decisiones guiados por lo que los demás esperan de nosotros, por lo que terminamos haciendo algo que verdaderamente no queremos. Si esto ocurre, los problemas para ponernos a estudiar pueden estar expresando un malestar a nivel más profundo.
Otra de las quejas más habituales de los estudiantes es que, aunque logran hacer el esfuerzo de ponerse a estudiar, no consiguen mantener la atención lo suficiente como para que el tiempo que le dedican sea provechoso.
Podemos favorecer nuestra concentración siguiendo algunas recomendaciones, como buscar un lugar para el estudio libre de otros estímulos que nos puedan hacer perder la atención, dejar el móvil fuera de la estancia donde vamos a estudiar o guardado en un cajón, delimitar franjas de tiempo concretas para el estudio seguidas de descansos, cambiar de contenido o asignatura y alternar nuevos contenidos con repasos de lo anterior para ir asimilando la información nueva.
Tenemos que tener en cuenta otros factores personales que pueden afectar a nuestra concentración. Si atendemos a nuestros estados internos, podremos ver que en algunos momentos hay contenidos mentales que pueden estar interfiriendo con nuestra intención de estudiar. Por este motivo es importante dedicar un tiempo a aquello que nos preocupa o angustia, para que no se cuele en nuestro foco atencional cuando pretendemos estudiar.
Por último, hay una situación que agobia mucho a las personas que estudian, algunas de ellas incluso sueñan con ella en época de exámenes: llegar al examen y quedarme en blanco, como si todo lo que aprendí se hubiera borrado de golpe. Este temor puede desembocar en sensación de ansiedad ante los exámenes.
En términos generales, cualquier aprendizaje se podrá recordar mejor si hemos hecho un trabajo de lectura, reflexión, elaboración, contrastación con nuestros conocimientos previos. De ese modo creamos una huella de memoria mucho más profunda y fácil de recuperar cuando nos enfrentamos a un examen. Este proceso requiere también tiempos de reposo, que no se pueden dar si estudiamos todo el contenido en el último momento.
Por otro lado, cuando nos enfrentamos a un examen pueden aparecer nuestros propios fantasmas que nos bloquean y dificultan que podamos desenvolvernos bien. Para algunas personas, la situación de evaluación que supone un examen está asociada a un temor al juicio o al rechazo, por lo que se activan respuestas emocionales que no las permiten atender a la tarea. En estos casos, comprender y elaborar nuestros miedos, resistencias y bloqueos puede ayudarnos a lograr un mejor rendimiento y sentirnos mejor con nosotros mismos.
Esperamos que os vayan muy bien vuestros exámenes.