Se dice que el ser humano es un animal social porque las personas estamos en continua relación con los demás para recibir un contacto que nos haga sentir bien y para la propia supervivencia. Para que las relaciones sean satisfactorias y productivas se requieren una serie de capacidades de relación que no siempre hemos podido desarrollar del modo adecuado. A veces hay dificultades para crear nuevos contactos o amistades, para mantenerlas en el tiempo o para comunicarse con los demás de un modo correcto generando posibles conflictos.
Cuando existen dificultades, casi siempre encontramos el origen en factores propios psicológicos como la representación de nosotros mismos que hemos interiorizado o esquemas de relación que hemos vivido y que repetimos a modo de guía para relacionarnos.
Algunos de los problemas que puedes sentir para decidir comenzar una psicoterapia son:
- Sientes ansiedad o intranquilidad cuando vas a estar o estás en un grupo con más gente.
- Te gustaría tener relaciones más íntimas o cercanas con los demás.
- Sueles tener discusiones con la gente de tu entorno.
- Te gustaría vivir las relaciones sociales con más tranquilidad y disfrutar más de ellas.
- Cuando te relacionas con personas poco conocidas sientes que te sudan las manos, te encuentras nervioso/a, notas que te tiembla la voz…
- Es difícil para ti expresar lo que piensas o sientes a los demás
- A veces los demás se han quejado de ti por tu modo de comunicarte diciéndote que eres demasiado agresivo/a, que no sabes decir las cosas...
Si te has visto en alguna de esas situaciones, es muy importante entender en primer lugar lo que sucede para así poder buscar una solución aprendiendo nuevos mecanismos y herramientas para comunicarte y relacionarte de un modo más satisfactorio para ti y los demás.
Cómo podemos mejorar nuestras relaciones sociales
Las habilidades sociales son las herramientas de las que disponemos para relacionarnos con los demás. Su adquisición se realiza como un aprendizaje más en nuestra infancia a través de las relaciones que establecemos con los demás y la satisfacción o no que estas nos reportan. Nuestros cuidadores principales y demás personas con las que establecemos relaciones nos devolverán una imagen de nosotros mismos y nos aportarán un feedback continuo de las interacciones que iniciamos. Cuando llegamos a la adolescencia, estas relaciones son fundamentales en la construcción de nuestra propia identidad. De este modo, las vivencias de relación con los demás, influirán en cómo nos relacionemos en el futuro en cuanto a la cantidad de relaciones que establezcamos pero también en la calidad de esas relaciones. Las habilidades sociales más importantes podrían ser:
- Capacidad de gestión y regulación emocional: las emociones que sentimos nos muestran nuestras necesidades, cómo nos sentimos en distintos momentos, qué nos gusta y nos hace estar tranquilos y qué nos produce malestar o daño. De este modo, en las relaciones con los demás, las emociones funcionan a modo de indicador que debemos escuchar, elaborar y gestionar para alcanzar un equilibrio sobre lo que sentimos en cada contacto con otro de cara a cuidarnos y favorecer nuestro propio bienestar y el de las personas que nos rodean.
- La asertividad como herramienta de comunicación. Está habilidad tiene mucha relación con la anterior. Nos ayuda a transmitir lo que sentimos a los demás de un modo correcto que por un lado sea fiel a lo que realmente queremos comunicar, y por otro, no suponga un daño al otro ayudando por tanto al entendimiento. Es esencial que podamos comunicarnos de modo asertivo si queremos mantener buenas relaciones con los demás y para ello debemos registrar no solo lo que queremos o sentimos sino también anticipar cómo puede ser recibido por el otro y qué podemos hacerle sentir. Para esto, es importante saber que a veces suponemos en los demás reacciones y actitudes que tienen más que ver con nosotros mismos. Según las experiencias que hemos vivido, podemos creer que el otro quiere "hacernos daño", "no me va a entender", "va a pensar que lo que digo es una tontería", etc. Pero como decimos, esto tiene más que ver con esos esquemas de relación que hemos interiorizado en nuestra infancia y adolescencia. Por esto, en la medida que nos conozcamos mejor a través de una psicoterapia, podremos evitar este tipo de proyecciones y estaremos mejor situados en la realidad y en las características concretas de quien tenemos en frente, logrando mejorar nuestra comunicación asertiva.
- Por esto, en la medida que nos conozcamos mejor a través de una psicoterapia, podremos evitar este tipo de proyecciones y estaremos mejor situados en la realidad y en las características concretas de quien tenemos en frente, logrando mejorar nuestra comunicación asertiva.
- Saber hacer una escucha activa: escuchar implica registrar el mensaje que el otro nos está dando, sin embargo, si escuchamos activamente, no solo entenderemos lo que se nos está diciendo sino que haremos sentir al otro que le entendemos, que le estamos escuchando y conseguiremos con esto una comunicación más fluida y satisfactoria para ambos. Para poder adquirir esta capacidad debemos prestar atención a la persona que nos habla para lo cual debemos dejar a un lado nuestra propia imagen, nuestros miedos, tensiones ante la comunicación, inseguridades, etc. Si mientras escuchamos al otro, estamos detenidos en qué respuesta dar, qué piensa esa otra persona de mi, qué imagen dar, etc., no podremos escuchar de modo activo y la comunicación se verá afectada llegándole al otro la sensación de que no se le está prestando la atención necesaria. Como vemos, la propia autoestima y la capacidad empática tienen mucha relación con las habilidades de escucha activa.
- Empatía: Es una capacidad a través de la cual podemos sentir lo que siente el otro. El nivel de empatía depende de cada persona pero en todo caso es una habilidad que puede cultivarse y que suele adquirirse en mayor o menor grado de manera natural en nuestro desarrollo. A través de la empatía podemos ponernos en el lugar del otro incluso cuando está sintiendo o pensando de modo distinto a nosotros. Es la habilidad estrella en el caso de las relaciones sociales, el primer paso para tener contactos gratificantes con los demás.
Cómo trabajamos los problemas en las relaciones sociales en Intro Psicólogos
Las causas de las dificultades para relacionarse son muy distintas en cada persona, dependiendo de su historia de vida y su personalidad, el trabajo tendrá que centrarse en su problemática única y concreta. Una vez conocemos a quien acude a consulta analizaremos conjuntamente las distintas situaciones que vive ayudando a comprender de modo profundo estas dificultades con uno mismo por un lado (de autoestima, inseguridades, relaciones traumáticas...) y ayudaremos a la adquisición de las habilidades mencionadas anteriormente.
Por tanto, no solo podemos centrarnos en aprender técnicas de comunicación concretas sino de reestructurarnos para sentirnos bien con nosotros mismos y de ese modo poder también disfrutar de las relaciones con los demás, generando vínculos gratificantes y sabiendo recibir el trato que merecemos.