Terapia didáctica

(a ti, futuro psicólogo)

por

Alejandro Fernández-Osorio

Director Intro Psicólogos

Profesor colaborador Universidad de Salamanca

Todos estamos de acuerdo en que el papel del psicólogo supone una gran responsabilidad. A nuestra consulta llegan personas con la necesidad de ser sostenidas y comprendidas desde un lugar profesional, donde el equilibrio y la honestidad, tienen que equipararse al conocimiento. El psicólogo ha de ser una persona con todas sus capacidades puestas al servicio del paciente-cliente. Hacerlo correctamente es el fruto de un camino largo y exigente en el que no solo se forma un conocedor de técnica y teoría, sino la persona que vendrá a ayudar y favorecer el cambio.

Como se han defendido sucesivamente diferentes autores -Rosenzweig (1936), Torrey (1972a), Posthuma y Carr (1975), Korchin y Sands (1985), Echeburúa et al. (2010) García Moreno (2012) entre otros- la personalidad del terapeuta es motor fundamental para el establecimiento del vínculo donde se asiente la técnica terapéutica provocadora del cambio. Esta personalidad, además de sostenerse sobre aptitudes inter e intrapersonales concretas del terapeuta, se basan en su equilibrio emocional y su salud mental.

Como pude observar a lo largo de la experiencia docente y clínica, no son pocos los estudiantes de psicología que inician sus estudios movidos por deseos conscientes o inconsciente de comprender, controlar o arreglar aspectos psicológicos propios o cercanos que despiertan un interés más allá de lo académico.

Avanzan en la carrera, como es normal, no solo sin comprenderse del todo teóricamente, sino sin lograrlo experiencialmente, que es donde descansa la realidad del cambio. ¿Por qué? Porque la manera de trabajarse a uno mismo tiene poco que ver con el conocimiento teórico, la racionalización o la intelectualización. El trabajo psicológico pasa, como para todas las personas, por una deconstrucción positiva en una relación vincular, que permita a la persona reactualizar, reordenar y avanzar sobre su realidad.

Si uno quiere ser un buen psicólogo tiene que pasar por este proceso. Para poder sostener a la otra persona de una manera honesta y con garantías de no interferir iatrogénicamente en el trabajo, tiene que haberse filtrado profundamente. Las necesidades narcisistas, la dependencia emocional, determinadas formas de relación infantiles, hechos traumáticos no elaborados, el abuso de la intelectualización, etc., son puntos ciegos que un terapeuta no debe permitirse y que se ven mucho en el hacer profesional.

Por eso, a la continua autocrítica y análisis contratransferencial, debe acompañarle un buen trabajo terapéutico.


Avanzan en la carrera, como es normal, no solo sin comprenderse del todo teóricamente, sino sin lograrlo experiencialmente, que es donde descansa la realidad del cambio. ¿Por qué? Porque la manera de trabajarse a uno mismo tiene poco que ver con el conocimiento teórico, la racionalización o la intelectualización. El trabajo psicológico pasa, como para todas las personas, por una deconstrucción positiva en una relación vincular, que permita a la persona reactualizar, reordenar y avanzar sobre su realidad.

Si uno quiere ser un buen psicólogo tiene que pasar por este proceso. Para poder sostener a la otra persona de una manera honesta y con garantías de no interferir iatrogénicamente en el trabajo, tiene que haberse filtrado profundamente. Las necesidades narcisistas, la dependencia emocional, determinadas formas de relación infantiles, hechos traumáticos no elaborados, el abuso de la intelectualización, etc., son puntos ciegos que un terapeuta no debe permitirse y que se ven mucho en el hacer profesional.

Por eso, a la continua autocrítica y análisis contratransferencial, debe acompañarle un buen trabajo terapéutico.

Ahora, ¿qué trabajo terapéutico?

A diferencia de las personas que vienen a consulta, ocurre que muchos estudiantes de psicología no tienen localizado una sintomatología precisa. A esto se añade que la terapia didáctica no viene tanto a curar un conflicto concreto, sino a hacer un trabajo profundo de re-estructuración y preparación para convertir al estudiante en un “otro sostenedor”. Esto hace que la terapia tenga que ser abierta, profunda, acercándonos a la identidad y la realidad profunda, consciente e inconsciente, de la persona.

Desde sus problemáticas diarias a su complejidad inconsciente, su biografía, su forma de vincularse, sus dinámicas, su autoestima, su manera de filtrar la realidad, sus fantasías y miedos, etc. Esto solo se puede hacer con una terapia integradora, que tenga en cuenta toda la realidad de la persona. Se trata de desarrollar un proceso de instrospección profunda que facilite el desarrollo personal y la madurez psicológica y emocional necesarias para llevar a cabo una labor profesional adecuada. En el caso del futuro terapeuta, el cambio y el trabajo no pueden aspirar a menos.

Dicho esto y teniendo en cuenta la teoría de fondo, la terapia didáctica no dista mucho de la terapia al uso con cualquier persona no profesional. Parte de la psicoeducación y conocimiento que recibirás en tu terapia también se lo hacemos llegar al resto de pacientes-clientes, enseñándoles cómo funciona nuestra mente, pues es una herramienta cuya efectividad está más que comprobada.

Sin embargo, sí que habrá una formación complementaria en lo que es “el funcionamiento” de la terapia, que solo es positiva para el futuro psicólogo y únicamente se puede aprender haciendo.

Todos los psicólogos de Intro Psicólogos, tanto el equipo base como colaboradores, han hecho su propia terapia de este tipo. Eso, sin duda alguna, es garantía de calidad. De tal manera lo entendemos que es requisito indispensable para formar parte de nuestro equipo. No hay mejor aprendizaje que aprender haciendo, y eso es, en última instancia, lo que es la terapia.

La terapia didáctica es, por lo tanto, una ganancia doble: en salud mental y en aprendizaje. Los dos pilares básicos sobre los que construir un buen terapeuta.

Aquí estamos si quieres realizarla con nosotros. Así mismo, si eres menor de 27 años, tenemos una tarifa- convenio con el Carné Joven con la Comunidad de Madrid de la que puedes aprovecharte.

Tanto para pedir cita, como para solicitar más información, no dudes en ponerte en contacto con nuestra consulta.

Un saludo

Alejandro

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