El autosabotaje es el mecanismo –inconsciente– de obstaculizarnos alcanzar un objetivo que aparentemente deseamos. Por ejemplo, apurar al máximo para estudiar un examen importante en nuestra carrera profesional; olvidarnos de una cita importante; empezar a jugar mal cuando vamos ganando la partida, etc.
Puede ser angustioso o incómodo sentir que nuestro inconsciente juega en nuestra propia contra, o no nos permite alcanzar aquello que deseamos. Más allá de poder preguntarnos qué posibles razones puede haber que nos lleven a actuar de una determinada manera, podemos pensar en que, como otros mecanismos psíquicos inconscientes, el autosabotaje también intenta protegernos de algo.
Por ejemplo, llegar tarde a un examen puede ser una forma de evitar jugarnos tanto la autoestima en un posible fracaso: suspendo porque he llegado tarde, no porque no tengo la capacidad para ello. También puede ayudarnos a mantener nuestras creencias y nuestra realidad interna intactas, por ejemplo, si hemos interiorizado que no somos capaces a nivel profesional, hacer mal una entrevista y no conseguir ese trabajo lo confirmaría, permitiéndonos no rebelarnos contra esa realidad interna que lleva tanto tiempo construida y comenzar a mirarnos de una manera nueva.
Ahora bien, ¿cómo podemos trabajar el autosabotaje?
El primer paso siempre es observarnos, identificar cómo nos sentimos y actuamos y las incongruencias que forman parte de nuestro día a día. Después podremos cuestionarlas y encontrarles un sentido. Hacer un trabajo personal en el que poder ir ganando confianza, cuestionar nuestra realidad y saber que sobreviviremos a ello puede ser de gran ayuda.
Para ello, te animamos a buscar un espacio acompañado/a de un profesional que pueda guiarte en este proceso de descubrimiento.