¿Triángulos amorosos?

Un aumento de dopamina, serotonina y oxitocina en nuestro organismo. Receptores estimulados provocando un aumento de ritmo cardíaco, sudoración e incluso pérdida de apetito. Nuestro cuerpo respondiendo fisiológicamente con niveles de estrés y adrenalina tan altos como si estuviésemos apunto de tener que huir de esa escena.

Parece que todos recibimos y sentimos el amor de la misma manera, como si estuviésemos desarrollando un tipo de amor ya prescrito antes de empezar a sentirlo.

Pero ¿serán solo esos elementos biológicos y fisiológicos los comunes a cada una de nuestras formas de amar?

Desde hace años, muchos autores han hablado de qué es el amor, y aún hoy otros muchos lo siguen tratando.

• Para Freud, el amor era exclusivamente la expresión o sublimación del instinto sexual, sin tener necesidad de amor o unión con el otro.
• Eric Fromm por su parte afirmaba que el amor surge como respuesta al problema de la existencia humana, intentando superar la presión de su soledad.
• Maslow afirmaba que existían dos tipos de amor, uno orientado a cubrir necesidades propias, y otro ofreciendo cubrir las necesidades del otro.
• Fue Sternberg (1986) con su teoría triangular quién explico el amor como “un triángulo, en cada uno de los vértices donde se sitúa uno de estos tres componentes: intimidad, pasión y decisión/compromiso”.

Y es aquí donde nos vamos a detener.

EL TRIANGULO DEL AMOR DE STERNBERG

La intimidad es esa cercanía, conexión, amistad y confianza. Todo lo relacionado con lo que se puede dar en una relación entre dos personas. El comprenderse mutuamente, el compartir todo o casi todo, tenerlo en consideración, dar apoyo..

La pasión sería la excitación, la energía de la relación, los sentimientos de atracción física. Sentir un “querer estar con el otro”, con un papel importante de la satisfacción sexual.

La decisión/compromiso la entendemos como el comprometerse con ese amor a largo plazo. La decisión de amar no tiene por qué ir unida con la decisión de comprometerse, aunque en la mayoría de los casos se pueda dar así.

Relacionando estos elementos, Stenberg define diferentes tipos de amor y es en el libro “La Ruptura Sentimental del Amor al Duelo” donde sus autores exponen estos tipos de una manera muy clara;

• Cariño y agrado: nos situaríamos solo en la intimidad. El compromiso y la pasión no tiene cabida en este tipo de amor.
• Encaprichamiento: situaríamos ese amor a primera vista, donde solo existe la pasión, y poco se piensa en la intimidad y el compromiso.
• Amor vacío: lleno de decisión y compromiso. Existe una sensación de respeto y reciprocidad, pero no se revela pasión e intimidad por su inexistencia.
• Amor romántico: centrado en la intimidad y la pasión, pero sin tener en cuenta el compromiso. Unidos emocional y físicamente.
• Amor sociable o de compañía: intimidad y compromiso. Como si de una amistad se tratase, pero con el elemento de compromiso sin deseo sexual.
• Amor fatuo: el amor donde se conocen, se juran amor de por vida y se casa casi en el mismo instante. Pasión y compromiso como los elementos básicos.
• Amor consumado: la intimidad, la pasión y el compromiso inundan todo. El amor que todos podríamos desear, pero que en el momento en que uno de estos tres elementos “caen” se convierte en una modalidad diferente de las anteriormente mencionadas.

Stenberg y otros autores, describieron todas y cada una de estas posibilidades, pero es importante entender que no lo hicieron con la idea de que cada estilo de amor fuera un tipo inmóvil e inmodificable.

Pueden existir amores situados en un tipo de forma temporal, incluso según la situación, donde la evolución y el deseo hagan que se muevan hacia un tipo u otro.

Ahora toca el turno de observar la propia relación que cada uno tiene… ¿podrías añadir o quitar algún elemento para describir tu tipo de relación amorosa?

Tal vez el triángulo se convierta para cada uno en una forma geométrica diferente, donde la conjunción de diferentes elementos, en diferentes momentos de nuestra relación, pudiese describir nuestro tipo de amor, desde Intropsicólogos Madrid te animamos a pensarlo y descubrirlo.